El papel de los insectos en la evolución de las plantas: Un estudio de su simbiosis
¡Bienvenidos a Plantas del Mundo! En nuestra web podrás explorar una amplia compilación de información detallada sobre plantas de todo el mundo. Desde características físicas y hábitat, hasta usos medicinales y culinarios, aquí encontrarás todo lo que necesitas saber sobre estas fascinantes especies. Además, te invitamos a sumergirte en nuestro artículo principal, "El papel de los insectos en la evolución de las plantas: Un estudio de su simbiosis". Descubre la increíble relación simbiótica entre insectos y plantas, los diferentes tipos de interacciones que existen, ejemplos reales de simbiosis y las implicaciones evolutivas que esto conlleva. No te pierdas la importancia de esta simbiosis en la conservación de la biodiversidad. ¡Sigue leyendo y adéntrate en el maravilloso mundo de las plantas y sus intrincadas conexiones con los insectos!
- Introducción
- Beneficios para las plantas
- Beneficios para los insectos
- ¿Qué es la simbiosis?
- La relación simbiótica entre insectos y plantas
- Tipos de interacciones entre insectos y plantas
- Ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas
- Implicaciones evolutivas de la simbiosis insecto-planta
- Importancia de la simbiosis insecto-planta en la conservación de la biodiversidad
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Preguntas frecuentes
- 1. ¿Cómo se benefician las plantas de la simbiosis con los insectos?
- 2. ¿Qué tipo de simbiosis existe entre los insectos y las plantas?
- 3. ¿Cuáles son algunos ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas?
- 4. ¿Cuál es la importancia de la simbiosis insecto-planta en la evolución de las especies?
- 5. ¿Cómo se puede promover la simbiosis entre insectos y plantas en nuestros jardines?
- Conclusion
Introducción
La relación simbiótica entre los insectos y las plantas es un fenómeno fascinante que ha sido estudiado durante décadas. Esta relación se basa en la interdependencia mutua entre ambos organismos, donde cada uno obtiene beneficios de la presencia del otro. Los insectos, a su vez, desempeñan un papel crucial en la evolución y supervivencia de las plantas, y viceversa.
Beneficios para las plantas
Las plantas dependen de los insectos para su polinización, un proceso vital para la reproducción y la producción de semillas. Los insectos, como las abejas y las mariposas, visitan las flores en busca de néctar y polen, y al hacerlo, transfieren el polen de una flor a otra, permitiendo la fecundación y la formación de nuevas semillas. Sin la polinización realizada por los insectos, muchas especies de plantas no podrían reproducirse y se extinguirían.
Además de la polinización, algunos insectos también desempeñan un papel en la dispersión de las semillas de las plantas. Por ejemplo, las hormigas recogen las semillas y las llevan a sus hormigueros, donde se benefician de ellas como alimento. A medida que las hormigas se mueven dentro y fuera del hormiguero, dispersan las semillas en diferentes lugares, lo que aumenta la probabilidad de que las plantas se establezcan en nuevas áreas.
Por último, los insectos también pueden actuar como agentes de control biológico de plagas para las plantas. Al alimentarse de insectos que dañan a las plantas, como pulgones o larvas de insectos, los insectos beneficiosos ayudan a reducir la población de plagas y a mantener un equilibrio en el ecosistema. Esto evita que las plantas sufran daños significativos y contribuye a su supervivencia a largo plazo.
Beneficios para los insectos
Si bien las plantas obtienen beneficios de la relación simbiótica con los insectos, estos últimos también se benefician de su asociación con las plantas. Las plantas proporcionan a los insectos alimento en forma de néctar, polen u otros recursos, lo que les permite obtener los nutrientes necesarios para su supervivencia y reproducción.
Además, algunos insectos han desarrollado una estrecha relación con ciertas plantas, a las que se adaptan para utilizar como fuente exclusiva de alimento y como lugar de reproducción. Por ejemplo, las mariposas monarca dependen exclusivamente de la planta de algodoncillo para alimentarse y depositar sus huevos. Esta especialización en la elección de plantas les proporciona una fuente constante de alimento y un hábitat adecuado.
La relación simbiótica entre los insectos y las plantas es esencial para la evolución y supervivencia de ambos grupos de organismos. La polinización, la dispersión de semillas y el control biológico de plagas son solo algunos de los beneficios que resultan de esta asociación. Sin duda, la importancia simbiótica entre los insectos y las plantas es un tema fascinante que continúa siendo objeto de investigación en el campo de la biología.
¿Qué es la simbiosis?
La simbiosis es una relación mutuamente beneficiosa entre dos organismos diferentes, en la cual ambos individuos dependen el uno del otro para sobrevivir. En el contexto de las plantas, la simbiosis se refiere a la interacción entre las plantas y los insectos, donde ambos se benefician de esta relación simbiótica.
En la simbiosis entre las plantas y los insectos, existen diferentes mecanismos de interacción que les permiten colaborar y obtener beneficios mutuos. Estos mecanismos pueden incluir la polinización, la dispersión de semillas, la protección contra herbívoros, entre otros.
La simbiosis entre las plantas y los insectos es de vital importancia para la evolución y supervivencia de ambos grupos de organismos. A través de esta interacción, las plantas han desarrollado adaptaciones morfológicas y químicas que les permiten atraer a los insectos polinizadores, mientras que los insectos dependen de las plantas como fuente de alimento y refugio.
Tipos de simbiosis entre las plantas y los insectos
Existen diferentes tipos de simbiosis entre las plantas y los insectos, que varían según los beneficios que obtienen ambos organismos. Algunos ejemplos de simbiosis entre las plantas y los insectos son:
Polinización
La polinización es una forma de simbiosis en la cual los insectos actúan como agentes polinizadores al transferir el polen de una planta a otra. A cambio, las plantas proporcionan néctar u otras recompensas alimenticias a los insectos. Esta relación simbiótica es crucial para la reproducción de muchas especies de plantas y la producción de frutos y semillas.
Protección contra herbívoros
Algunos insectos se han especializado en proteger a las plantas de los herbívoros. Estos insectos pueden alimentarse de los herbívoros que atacan a las plantas o liberar sustancias químicas que repelen a los herbívoros. A cambio, las plantas ofrecen un refugio y una fuente de alimento a estos insectos protectores.
Dispersión de semillas
Algunos insectos juegan un papel importante en la dispersión de semillas. Estos insectos se alimentan de los frutos de las plantas y luego dispersan las semillas a través de sus excrementos. De esta manera, las plantas se benefician al tener sus semillas dispersas a distancias más lejanas, lo que les permite colonizar nuevas áreas y aumentar su diversidad genética.
La relación simbiótica entre insectos y plantas
Historia evolutiva de la relación
La relación simbiótica entre insectos y plantas es una de las más antiguas y complejas del reino vegetal. A lo largo de millones de años, estas dos formas de vida han evolucionado juntas, influenciándose mutuamente en su desarrollo y adaptación.
Se estima que esta relación simbiótica se remonta a más de 350 millones de años, cuando las primeras plantas terrestres comenzaron a colonizar el planeta. En ese momento, los insectos también emergieron como los primeros animales capaces de volar y establecerse en los ecosistemas terrestres.
Desde entonces, los insectos y las plantas han desarrollado una relación de dependencia mutua. Las plantas proporcionan alimento, refugio y lugares de reproducción para los insectos, mientras que los insectos actúan como polinizadores, dispersores de semillas y controladores de plagas para las plantas.
Beneficios mutuos de la simbiosis
La simbiosis entre insectos y plantas tiene beneficios significativos para ambas partes. Por un lado, los insectos obtienen alimento y refugio de las plantas. Al alimentarse del néctar de las flores, polinizan las plantas, permitiendo la reproducción y la producción de semillas. Además, muchos insectos se alimentan de los parásitos y depredadores de las plantas, ayudando a controlar las plagas y mantener la salud de los ecosistemas vegetales.
Por otro lado, las plantas se benefician de la simbiosis con los insectos al asegurar la polinización de sus flores y la dispersión de sus semillas. La polinización es un proceso vital para la reproducción de las plantas, ya que les permite producir frutos y semillas. Además, algunos insectos, como las hormigas, ayudan a las plantas en la dispersión de sus semillas, llevándolas a lugares donde puedan germinar y crecer.
Esta relación simbiótica entre insectos y plantas es fundamental para el equilibrio de los ecosistemas naturales. Sin la polinización y dispersión de semillas realizadas por los insectos, muchas especies de plantas no podrían reproducirse y se verían amenazadas. A su vez, la desaparición de ciertas especies de plantas afectaría negativamente a los insectos que dependen de ellas como fuente de alimento y refugio.
Tipos de interacciones entre insectos y plantas
Polinización
La polinización es una de las interacciones más importantes entre los insectos y las plantas. Los insectos, como las abejas, mariposas y escarabajos, actúan como polinizadores al transportar el polen de una planta a otra. Este proceso es esencial para la reproducción de muchas especies de plantas, ya que permite la fertilización de los óvulos y la producción de semillas. Sin la polinización por insectos, muchas plantas no podrían reproducirse y se verían amenazadas en su supervivencia.
Un ejemplo de esta simbiosis entre insectos y plantas se encuentra en las orquídeas y las abejas. Algunas especies de orquídeas tienen flores con formas y colores específicos que atraen a las abejas. Estas abejas se alimentan del néctar de las flores y, al hacerlo, se cubren de polen. Cuando las abejas visitan otras flores de orquídeas, depositan el polen en el estigma, permitiendo así la polinización de la planta. Este tipo de relación simbiótica es vital para la supervivencia de las orquídeas y las abejas.
Además de las abejas y las orquídeas, existen muchos otros ejemplos de polinización realizada por insectos, como las mariposas y los escarabajos que polinizan algunas especies de plantas. Estas interacciones demuestran la importancia de los insectos en el proceso reproductivo de las plantas y su papel crucial en la evolución de las especies vegetales.
Depredación
La depredación es otra forma de interacción entre los insectos y las plantas. Algunos insectos se alimentan de partes de las plantas, como las hojas o los tallos. Aunque esto puede parecer perjudicial para las plantas, en realidad es un mecanismo de defensa y adaptación. Al ser atacadas por insectos depredadores, las plantas producen compuestos químicos que actúan como repelentes o venenos para protegerse.
Un ejemplo común de depredación de insectos en plantas es el caso de las orugas que se alimentan de las hojas de ciertas especies vegetales. Estas orugas pueden causar daños significativos a las plantas, pero al mismo tiempo, las plantas han desarrollado mecanismos de defensa para contrarrestar esta depredación. Algunas plantas producen toxinas o sustancias pegajosas que dificultan la alimentación de las orugas, lo que disminuye el impacto de la depredación.
Esta interacción entre los insectos depredadores y las plantas es un ejemplo de coevolución, donde ambas especies se influyen mutuamente en su evolución. Las plantas desarrollan mecanismos de defensa más eficientes, mientras que los insectos depredadores evolucionan para superar esas defensas y obtener alimento. Esta simbiosis entre insectos y plantas ha sido clave en la evolución de ambos grupos a lo largo del tiempo.
Herbivoría
La herbivoría es otra forma de interacción entre los insectos y las plantas, donde los insectos se alimentan exclusivamente de las partes vegetales. Al igual que en el caso de la depredación, las plantas han desarrollado mecanismos de defensa para protegerse de los herbívoros.
Un ejemplo conocido de herbivoría en plantas es el caso de las mariposas monarca y la planta de algodoncillo. Las mariposas monarca depositan sus huevos en las hojas de la planta de algodoncillo, y cuando las larvas eclosionan, se alimentan exclusivamente de estas hojas. Sin embargo, la planta de algodoncillo produce sustancias tóxicas que son perjudiciales para muchos insectos herbívoros, pero que las larvas de las mariposas monarca pueden tolerar.
Esta relación simbiótica entre las mariposas monarca y la planta de algodoncillo es un ejemplo de coevolución, donde las plantas desarrollan defensas químicas y los insectos herbívoros evolucionan para tolerar esas sustancias tóxicas. Este tipo de interacciones entre los insectos y las plantas ha sido fundamental en la evolución de ambos grupos y en la diversidad de especies que existen en la actualidad.
Ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas
En el fascinante mundo de las plantas, existe una estrecha relación de simbiosis entre los insectos y ellas. A lo largo de la evolución, los insectos han desempeñado un papel crucial en la forma en que las plantas se han adaptado y han sobrevivido en diferentes ecosistemas. A continuación, exploraremos tres ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas: la simbiosis mutualista entre las abejas y las flores, la simbiosis parasitaria entre los pulgones y las plantas, y la simbiosis comensalista entre las mariposas y las plantas.
Simbiosis mutualista: abejas y flores
La simbiosis mutualista entre las abejas y las flores es uno de los ejemplos más conocidos de interacción entre insectos y plantas. Las abejas se alimentan del néctar de las flores mientras recolectan polen para alimentar a sus crías. A medida que las abejas se mueven de flor en flor, transportan polen de una planta a otra, lo que permite la polinización cruzada y la reproducción de las plantas.
Esta relación simbiótica es beneficiosa tanto para las abejas como para las flores. Las abejas obtienen alimento de las flores, mientras que las flores se benefician de la polinización, lo que les permite producir semillas y reproducirse. Sin la ayuda de las abejas, muchas especies de plantas dependerían de la autopolinización, lo que limitaría la variabilidad genética y la adaptación a diferentes condiciones ambientales.
La simbiosis mutualista entre las abejas y las flores es esencial para la supervivencia y la diversidad de muchas especies de plantas, así como para la producción de miel y otros productos apícolas que son beneficiosos para los seres humanos.
Simbiosis parasitaria: pulgones y plantas
En contraste con la simbiosis mutualista, la simbiosis parasitaria entre los pulgones y las plantas es una relación en la que los pulgones se benefician a expensas de las plantas. Los pulgones son pequeños insectos que se alimentan de la savia de las plantas, debilitándolas y causando daños en su crecimiento y desarrollo.
Los pulgones tienen una relación simbiótica con las plantas, ya que se alimentan de la savia rica en nutrientes que obtienen de ellas. A cambio, los pulgones secretan una sustancia llamada "mielecilla", que es una especie de néctar dulce y pegajoso. Esta mielecilla atrae a otros insectos, como las hormigas, que se alimentan de ella.
En consecuencia, las plantas se ven afectadas negativamente por la simbiosis parasitaria con los pulgones, ya que se debilitan y pueden sufrir daños significativos en su crecimiento y reproducción. Para protegerse de los pulgones, las plantas han desarrollado mecanismos de defensa, como la producción de sustancias químicas repelentes o la atracción de insectos depredadores que se alimentan de los pulgones.
Simbiosis comensalista: mariposas y plantas
La simbiosis comensalista entre las mariposas y las plantas es una relación en la que las mariposas obtienen beneficios de las plantas sin causarles daño ni beneficio directo. Las mariposas adultas se alimentan del néctar de las flores, mientras que las orugas se alimentan de las hojas de las plantas.
Aunque las orugas pueden comer grandes cantidades de hojas, generalmente no causan daños significativos a las plantas, ya que suelen alimentarse de manera selectiva y no afectan la salud general de la planta. Además, las mariposas polinizan las flores a medida que se alimentan de su néctar, lo que contribuye a la reproducción de las plantas.
La simbiosis comensalista entre las mariposas y las plantas es una relación en la que ambos se benefician de manera indirecta. Las mariposas obtienen alimento de las plantas y las plantas se benefician de la polinización realizada por las mariposas. Esta relación demuestra cómo la naturaleza ha desarrollado diferentes formas de simbiosis entre los insectos y las plantas para asegurar la supervivencia y la diversidad de ambos.
Implicaciones evolutivas de la simbiosis insecto-planta
Evolución de características físicas en plantas
La evolución de las plantas ha sido moldeada en gran medida por su relación simbiótica con los insectos. A lo largo de millones de años, las plantas han desarrollado características físicas específicas para atraer a los insectos y asegurar su polinización. Un ejemplo notable de esta coevolución es la presencia de flores y néctar, que han evolucionado como mecanismos de atracción para los insectos polinizadores.
Las flores, con sus colores vistosos y fragancias dulces, son adaptaciones que las plantas han desarrollado para atraer a los insectos. Estas características físicas específicas permiten a las plantas atraer a los insectos polinizadores, como abejas, mariposas y escarabajos, que son vitales para su reproducción. A su vez, los insectos obtienen néctar y polen de las flores, lo que les proporciona alimento y, en algunos casos, también refugio.
Además de las flores, algunas plantas han desarrollado estructuras físicas específicas para atraer a insectos específicos. Por ejemplo, ciertas orquídeas han evolucionado para imitar la forma y el olor de las hembras de insectos polinizadores, lo que atrae a los machos y los engaña para que realicen la polinización. Estas adaptaciones físicas son el resultado de millones de años de coevolución entre las plantas y los insectos, y demuestran la importancia de esta simbiosis en la evolución de las plantas.
Co-evolución entre insectos y plantas
La coevolución entre insectos y plantas es un fenómeno fascinante que ha ocurrido a lo largo de millones de años. A medida que las plantas desarrollaron características físicas para atraer a los insectos, estos últimos también evolucionaron para aprovechar al máximo los recursos que las plantas proporcionaban. Esta interdependencia ha llevado a una relación simbiótica muy estrecha entre los insectos y las plantas.
Un ejemplo de esta coevolución se puede observar en las relaciones entre las mariposas y las plantas hospederas. Algunas especies de mariposas han desarrollado la capacidad de depositar sus huevos solo en ciertas especies de plantas, que luego servirán como alimento para las larvas. A su vez, las plantas han evolucionado mecanismos de defensa para protegerse de las larvas de las mariposas, como la producción de compuestos químicos tóxicos o la presencia de espinas o pelos urticantes.
Esta coevolución entre insectos y plantas ha llevado a una diversificación tanto en las características físicas de las plantas como en las estrategias de supervivencia de los insectos. Por ejemplo, algunas plantas han desarrollado estructuras físicas complejas, como trampas para insectos o glándulas productoras de néctar, que atraen a insectos específicos y les permiten obtener recursos de manera más eficiente. A su vez, los insectos han desarrollado mecanismos para evitar ser detectados por las plantas o para desactivar sus defensas.
Importancia de la simbiosis insecto-planta en la conservación de la biodiversidad
Contribución a la polinización
Los insectos desempeñan un papel crucial en la polinización de las plantas, lo que resulta en la reproducción exitosa de muchas especies vegetales. Al alimentarse del néctar de las flores, los insectos como las abejas, mariposas y escarabajos transportan el polen de una flor a otra, permitiendo la fertilización y la formación de semillas. Se estima que alrededor del 80% de las plantas con flores en el mundo dependen de la polinización realizada por insectos.
Esta simbiosis entre insectos y plantas ha sido fundamental para el desarrollo y evolución de diversas especies vegetales. Al adaptarse a los diferentes tipos de polinizadores, las plantas han desarrollado características específicas, como colores y formas de flores particulares, para atraer a los insectos polinizadores. A su vez, los insectos también se han adaptado a las estructuras florales y a la disponibilidad de néctar, estableciendo una relación de dependencia mutua.
La polinización realizada por los insectos es esencial para la producción de alimentos, ya que muchas plantas cultivadas dependen de esta simbiosis para producir frutas, hortalizas y semillas. Además, la polinización por insectos contribuye a la diversidad genética de las plantas, lo que las hace más resistentes a enfermedades y cambios ambientales.
Protección contra plagas
Los insectos también juegan un papel importante en la protección de las plantas contra plagas y enfermedades. Algunos insectos depredadores se alimentan de insectos herbívoros que atacan a las plantas, controlando así las poblaciones de plagas y evitando daños significativos en los cultivos. Este equilibrio natural entre insectos beneficiosos y perjudiciales ayuda a mantener la salud de los ecosistemas y la producción agrícola sostenible.
Además, las plantas han desarrollado mecanismos de defensa química para protegerse de los ataques de insectos herbívoros. Al ser atacadas, las plantas liberan compuestos químicos que atraen a insectos depredadores o repelen a los herbívoros, lo que contribuye a mantener el equilibrio en los ecosistemas y reducir la necesidad de pesticidas químicos.
La simbiosis entre insectos y plantas es un ejemplo de cómo la naturaleza ha encontrado soluciones eficientes para proteger y preservar la biodiversidad. Al promover el equilibrio ecológico, los insectos ayudan a mantener la salud de los ecosistemas y la supervivencia de muchas especies vegetales.
Preservación de hábitats naturales
Los insectos desempeñan un papel fundamental en la preservación de los hábitats naturales de las plantas. Al transportar el polen de una planta a otra, los insectos contribuyen a la dispersión de las semillas y a la colonización de nuevas áreas. Esto es especialmente importante en ecosistemas como los bosques y las praderas, donde la polinización por insectos es esencial para la regeneración y el mantenimiento de la diversidad de plantas.
Además, muchos insectos son especialistas en la polinización de plantas nativas, lo que significa que dependen de especies vegetales específicas para su supervivencia. Estas interacciones planta-insecto son cruciales para la conservación de la flora autóctona y la preservación de los ecosistemas. La destrucción de hábitats naturales y la pérdida de especies de insectos pueden tener graves consecuencias para la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas.
La simbiosis entre insectos y plantas es de vital importancia para la conservación de la biodiversidad y la supervivencia de muchas especies vegetales. Tanto en la polinización, la protección contra plagas y la preservación de hábitats naturales, los insectos desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico y la sostenibilidad de los ecosistemas. Es fundamental promover la conservación de los insectos y su hábitat para garantizar la continuidad de esta simbiosis y la preservación de la diversidad de plantas en nuestro planeta.
Preguntas frecuentes
1. ¿Cómo se benefician las plantas de la simbiosis con los insectos?
Las plantas se benefician de la simbiosis con los insectos ya que estos polinizan las flores y dispersan sus semillas, lo que favorece su reproducción y supervivencia.
2. ¿Qué tipo de simbiosis existe entre los insectos y las plantas?
La simbiosis entre los insectos y las plantas puede ser mutualista, donde ambos se benefician, o parasitaria, donde el insecto se beneficia a costa de la planta.
3. ¿Cuáles son algunos ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas?
Algunos ejemplos de simbiosis entre insectos y plantas son la relación entre las abejas y las flores, donde las abejas obtienen néctar y las flores son polinizadas, y la relación entre las hormigas y las plantas que les proporcionan alimento y refugio a cambio de protección.
4. ¿Cuál es la importancia de la simbiosis insecto-planta en la evolución de las especies?
La simbiosis insecto-planta ha sido fundamental en la evolución de las especies, ya que ha permitido la dispersión de semillas, la polinización y la adaptación de las plantas a diferentes entornos.
5. ¿Cómo se puede promover la simbiosis entre insectos y plantas en nuestros jardines?
Para promover la simbiosis entre insectos y plantas en nuestros jardines, podemos plantar especies nativas que atraigan polinizadores, evitar el uso de pesticidas y proporcionar refugios y fuentes de alimento para los insectos.
Conclusion
La simbiosis entre insectos y plantas desempeña un papel fundamental en la evolución de ambos organismos. Esta relación simbiótica se basa en interacciones beneficiosas que permiten a las plantas obtener nutrientes y protección, mientras que los insectos se benefician de alimento y refugio.
Es importante destacar que la simbiosis insecto-planta no solo tiene implicaciones evolutivas, sino que también desempeña un papel crucial en la conservación de la biodiversidad. Al comprender y valorar la importancia de esta relación, podemos promover prácticas de conservación que protejan tanto a los insectos como a las plantas, contribuyendo así a la preservación de los ecosistemas y la sostenibilidad del planeta.
¡Actúa ahora! Como sociedad, debemos tomar conciencia de la importancia de la simbiosis insecto-planta y promover acciones que fomenten la conservación de estos organismos. Esto incluye la protección de hábitats naturales, la reducción del uso de pesticidas y el fomento de la diversidad de plantas en nuestros jardines y espacios verdes. Al hacerlo, estaremos contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y asegurando un futuro sostenible para las generaciones venideras.
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